RUEDOS

RUEDO

Qué tendremos los seres humanos, o al menos los seres humanos de aquí, que en cuanto nos dejan oler un espectáculo nos volvemos unidireccionales, amnésicos y desaparecemos de nuestras cortezas. En cuanto abren las puertas de esos grandes ruedos transformamos nuestra consciencia en una conexión universal,cósmica, que nos hace sentirnos parte del gran rebaño que nos arropa y protege de todo mal pensamiento discrepante. Se nos apodera y toca los resortes de la pasión de tal manera que nos coloca ese ansiado velo balsámico que reduce nuestra ansiedad a mínimos lejanos.

Y lo más inquietante es que esa "pasión" desmedida excede los límites del recinto y ampara, o cobija, cualquier  actitud bajo sus alas. Todo vale con el fin de que podamos celebrar esas orgías de energía multitudinaria, esos baños de anonimato, y se prioriza por delante de todas aquellas cosas menos importantes, más zafias y mundanas, tan bajas y anodinas como el sentido común, lo fundamental o lo necesario.

Por que está claro que es mucho más importante construir catedrales de la estupidez que colegios, que al final solo valen para formar indivisualidades. 

Construir RUEDOS antes que defender nuestra naturaleza, por que todo el mundo sabe que los árboles son aquellas cosas   extrañas y espontáneas que solo molestan para ver las ciudades desde lejos.

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